Buaaaaggggg
El miércoles tengo examen de agronomía y no he empezado.

(yn)

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Es la una menos veinte de la mañana, pero no hay ganas de dormir. Me gustaría transformar en palabras todos los pensamientos que se arremolinan en mi turbia mente, pero me veo incapacitado para hacerlo ya que nunca se me dio bien escribir. Como envidio a toda esa gente que nació con el don de la palabra, y que escribiendo puede crear algo tan bello como un cuadro o una canción. Yo en cambio nunca desarrollé nada de eso, siempre fue un chico corriente y moliente, pero voy a intentarlo, voy a intentar escribir algo competente.
Quizás este escribiendo esto por cobardía o simplemente por pura liberación, pero de alguna forma extraña me quema la necesidad de sacar todo esto fuera.
Ultimamente me he sentido bastante decepcionado. Decepcionado conmigo mismo, decepcionado con algunas personas. Siempre tendemos a apoyarnos en alguien especial, alguien a quien queremos y amamos, pero no siempre la vida te paga con la misma moneda. Realmente me he sentido un poco abandonado. Es duro sentir que esa gente a la que amas ha dejado de pensar en ti. Ya no te llaman, ya no te escriben...y pensar la brevedad con la que te olvidan puede ser horroroso. Primero piensas "bah, estarán ocupados...", "también tienen cosas que hacer", pero luego, un día, te das cuenta, de lo mucho que has sido apartado de sus vidas y lo abandonado que te sientes.Y estas lejos de casa, y las paredes parecen devorarte, y te sientes solo...

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Somos fácilmente engañados por aquellos a quienes amamos.

Ya queda menos para despedirse de todo: de los momentos de risa, de las noches enteras hablando juntos en el sofá, de las guerras de agua en el salón, de los tartazos de cumpleaños, de los paseos en carrito de la compra, de las noches de parchís en el museo, del señor del 3 con mocho en cazuela, de los "I fucked my american cunt, I loved my english romance", de las bromas telefónicas, de las disecciones de los perros-jamón, de las entradas a la cafetería tiritando por los -10 ºC de la calle, de ir a clase viendo la nieve caer, de los "quien sabe", los "vete tú a saber", los "eres idiota!?", de los post-it plagando las paredes, de los cafés con leche y dos de azúcar mientras suena Lisztomania.


Cómo voy a echar de menos esos cafés con leche y dos de azúcar mientras suena Lisztomania...