jueves, 17 de septiembre de 2009

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Muchas veces he pensado cuanto tiempo me quedaría para empezar una vida independiente, alejado de mis padres y de toda la gente que engloba digamos, "mi ecosistema".
Ver siempre las mismas caras puede llegar a resultar asfixiante y las ganas de abrir la puerta y salir corriendo te invaden, pero no puedes.
Siempre hay algo que te lo impide, una barrera.
A veces pienso que mi vida entera ha estado y estará siempre llena de barreras, impedimentos que evitan a toda costa que pueda ser realmente feliz.
Cinco días...tan solo cinco miseros días para abandonar, aunque no definitivamente, Avilés, la pequeña ciudad donde he vivido toda mi vida, donde vive la gente que me quiere, la gente que me odia, personas con las que he ido creciendo y que, quitando a unos pocos, tengo ganas de perder de vista.

Suena utópico, pero quiero mi lugar en el mundo. Quiero un sitio al que poder llamar "mi hogar", donde pueda ser yo mismo y no ser criticado o insultado por los cuatro payasos de turno, y donde realmente sea feliz.
¿Es mucho pedir?

Puede que León sea ese lugar. Es una buena oportunidad para empezar de cero.
El tiempo lo dirá.

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