
Para mucha gente, estas fechas son simbolo de alegria y armonia. Para otras, entre las que me incluyo, la navidad supone una pincelada de tristeza en nuestras vidas.
Nunca me gustaron mucho las navidades. Incluso cuando era pequeñito, siempre fui un poco pasota con lo de poner el arbol y el portal de Belén. Ahora lo veo un poco más diferente...
Cada año observo como las cenas familiares están más vacias. Sitios que años anteriores ocupaban los seres más queridos son ahora sillas vacias. He perdido a muchos seres queridos a lo largo de estos ultimos años, y es en fechas como estas cuando más se nota su ausencia.
Y por otro lado. ¿Que me dicen del frenetico consumismo que desata la Navidad? Gente volviendose loca por conseguir el ultimo videojuego, el reloj exclusivo de cierta marca, la muñeca que habla, anda, caga e incluso se limpia ella solita...
La Navidad, que se supone que los cristianos celebran para conmemorar la llegada de Cristo al mundo, se ha convertido en el diamante embruto del capitalismo y el consumismo. Miles de lucecitas de colores encendidas, plagando las calles de todas las ciudades. ¿Acaso sirven para algo? ¿Necesitamos que nos recuerden que es Navidad? Un total derroche de energia que no contribuye más que a destruir más el planeta.
Como escuche un dia: la Navidad es propiedad de El Corte Inglés.